lunes, 28 de mayo de 2018

LA HORA DEL CUENTO

El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo «amar»..., el verbo «soñar»...


Érase una vez... 

La importancia de la lectura

Si nuestro fin  como educadores y padres es el de educar ciudadanos críticos, vamos a tener que especializarnos en formación de lectores.
Para ello, vamos a tener que enseñar a leer a los niños, sin que sepan leer. ¿Y cómo vamos a hacer este aparente sinsentido? Pues acercando a nuestros niños y niñas a la lectura y al gusto por los libros.

¿Cómo podemos ayudar en esto los maestros? ¿Los padres? ¿Los tíos?... Pues en esta etapa de momento, lo que sugiero es que nuestro único objetivo sea simplemente el desarrollar gusto y respeto por los libros. Que tengan libros fáciles de manipular según su edad, con ilustraciones atractivas, con temas que le interesen... y por supuesto, a su alcance. Que no nos dé pena cuando vemos que los estropean, porque un libro usado y marcado, tiene la huella de los ojos que lo han mirado y de las manos que lo han tocado.
No debemos convertir el libro en símbolo de obligación, de desgana, de aburrimiento, o en una fuente de castigo "si no lees, tampoco podrás jugar a esto". Los libros deben ser objeto de admiración y de deseo.

A las personas que nos gusta leer, porque sí, porque nos encanta traspasar esas fronteras de la vida cotidiana que dice Irene Vasco:

 Los libros acercan al otro lado del mundo, transponen las fronteras de la vida cotidiana, reescriben la realidad con nuevas expresiones, son un medio para conocer y reconocerse, para dejar un deseo de saber más y para proporcionar mundos simbólicos, que permiten abordar los temores de manera segura. 

No todos necesitamos especial motivación, pero podemos ayudar a los pequeños a desarrollar ese gusto e interés por la lectura. A los niños les encantan las historias, sobre todo si son fantásticas, aprovechémoslo.

¿Y cómo aprenden los niños en la etapa infantil? Afectivamente, efectivamente. 
Pues enseñemos a amar y respetar los libros, a ver la lectura como algo gratificante, a que el hecho de que les regalen un libro sea percibido por ellos como algo fantástico y maravilloso. 

Podemos empezar con libros pop-up, que son muy atractivos visualmente y ofrecen una experiencia táctil. Romperán una patita aquí y una oreja allá, y les encantarán los colores y las ilustraciones.

Vamos a ver qué estrategias podemos utilizar en clase, en casa o donde queramos  contar historias:

En un primer momento, vamos a enseñar a los niños a escuchar, a que se conviertan en buenos oyentes. Pero, ¿cómo? Pensemos cómo preparar ese momento especial.

La hora del cuento:
Primero, selecciona un cuento acorde con el desarrollo del niño y con sus gustos: pregúntate qué le llama la atención, qué formas y colores, qué tipo de personajes e historias, y qué tipo de diseño y material: troqueles, texturas, etc. 

Cualquier momento es bueno para contar una historia. En el día a día del aula no es necesario ceñirse estrictamente a la programación para poder contar una historia. Surge de diferentes situaciones, por ejemplo, cuando la maestra quiere apelar a la memoria de los niños y dice: "¿Os acordáis de (me lo invento) Pipo? Que tenía una nariz roja y le gustaba mucho...?" Y ellos contestan y piden ques les vuelvan a contar ese cuento, que ahora ya tienen 5 años, pero con 4 se lo leyeron tantas veces...
Les gustaba tanto...


Yo he vivido una situación así en el aula y me fascinó que pidiesen que le contasen la historia de nuevo. ¡Había pasado un año! Pero las historias nos marcan y habitualmente sentimos la necesidad de recordarlas y a veces también sentimos el empeño (erróneo) de que le gusten  a nuestros hijos, sobrinos, ahijados, las mismas que a nosotros. Pero... cada uno tiene sus gustos.

Llegados a este punto: ¿Cómo se lo contamos?

Debemos interactuar con ellos para conseguir mantener su atención, para Labajo, I: la lectura o la narración se interrumpe para preguntar o proponer a los destinatarios:

- el tema que se desarrollará
- las acciones que realizarán los protagonistas
- las interferencias que aparecerán obstaculizando el desenlace
- el probable desenlace
- el desenlace deseado
- las peripecias que deberán vivir los protagonistas
- la función de los antagonistas
- el espacio donde se desarrollará la historia
- posibles ayudas externas, etc


Debemos tener cuidado con las preguntas que hacemos al final. En una primera lectura el niño, que no ha tenido oportunidad de leer, releer y analizar como un adulto, evidentemente, no recordará ciertos detalles. Será suficiente con que recuerde las líneas básicas del argumento, los personajes principales y el mensaje subyacente.

En siguientes narraciones ya habrá tiempo de preguntar otras cosas, de todas formas, hemos venido a disfrutar de la historia, no a examinarlos.

Vamos a ver diferentes maneras de contar historias:

El cuentacuentos:
La narración oral es tan antigua como la palabra en sí. Antiguamente, el mejor narrador del grupo o tribu, se especializaba en contar las historia, cada vez con un matiz diferente, pero siempre con viveza y entusiasmo.
Así nacieron los mitos y las leyendas.


Cuentacuentos de textos folclóricos:
Estos textos, transmitidos gracias a esta tradición oral, debemos contarlos sin leerlos. El motivo es sencillamente, que fueron creados para la narración oral, como Caperucita Roja, Los tres cerditos o La ratita presumida.
Si vamos a leer alguno de estos títulos, según Bettelheim, mejor que utilicemos los grandes recopiladores: Perrault, Grimm o Andersen.


Diferencias entre cuentacuentos, lectura de cuentos y narración de libros:
En el cuentacuentos no se utilizan ilustraciones. Las imágenes las pone el propio receptor, por cortesía de su propia imaginación.

Nos ayudamos de la modulación de la voz, del gesto, de las pausas o el cambio de ritmo para que los niños construyan visualmente las historias en su mente.

A estas edades, los niños aprecian la musicalidad del lenguaje y desarrollan su capacidad de escucha, 

Además, me parece un buen recurso para hacerles salir del mundo tan visual en el que vivimos. ¿Nunca te ha pasado que te imaginas los personajes, los paisajes y decorados de un libro y cuando ves la película te decepcionas? La mente va mucho más allá…


Para elaborar una narración correcta de cuentacuentos, debemos cumplir las siguientes características:

1 Conocer muchos cuentos, para distintas edades y de temas diferentes.

2 El narrador: elegir un tipo: juglar, narrador cómico, misterioso, el que prefiramos para cada ocasión.

3 Fórmulas de comienzo: Érase que se era, El sol salió y el cuento empezó...

4 Entonación: debemos ensayarla previamente.

5 Ritmo: Parémonos donde creamos que es necesario para que los niños lleguen a una buena comprensión o dar una pausa dramática.

6 Fórmula de cierre: y fueron felices...

7 La pausa misteriosa.

8 Volumen: la entonación cálida debe romperse cuando la situación o el personaje lo requiera.

9 Expresividad: Adecúala a tu tipo de narrador. Si eres un hada, probablemente no hables en un tono grave...

10 El hilo: Introducción, desarrollo y desenlace. No olvides esto, el resto, corre a cuenta del espectador.

11 Onomatopeyas: A los niños les encantan y son un maravilloso recurso.

12 Hipérboles: Haz que tus receptores se queden boquiabiertos. Ayúdales con el gesto.

13 Personificación: Añade, si quieres, otras personificaciones dentro del cuento.

14 Comparaciones: Ayudan a visualizar y a los niños les encantan.

15 Voces y personajes: Si eres capaz de cambiar tu voz, simula diálogos entre personajes.

16 El diálogo con el público: A los niños les gusta ayudar a los personajes avisándoles de algún peligro, etc. Anímales a ello.

17 El disfraz: Enmascárate en un personaje para realizar esta actividad o varía si es posible, pero quizás te ayude el antifaz o la peluca a perder un poco el miedo escénico y a ellos les encantará.


Narrar cuentos literarios:
Esta es otra historia. Si realmente estás ante un libro literario, mejor que no modifiques ni una palabra, ya que probablemente no puedas superar la belleza de las palabras del autor. O en otras palabras, uno disfruta de un cuadro, no corrige la obra de arte para que tenga un color distinto.

Con la lectura, acercamos al niño al mundo de la palabra, de una manera bella y motivadora. No tengas miedo de las interrupciones, que las habrá.

Creo que con todo esto estamos listos para empezar a contar historias.

Colorín colorado...


BIBLIOGRAFÍA


Labajo González, I. Universidad La Salle. Apuntes asignatura "Literatura infantil". Grado de Educación Infantil. 2º curso, 2º semestre. Curso 2017-2018.

TONUCCI, F. El nacimiento del lector.

VASCO, I. Leer sin saber leer.






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